


Sencillamente extraordinario. El día que nadie imaginaba, el día que ningún hincha de la U quería pensar. Su decisión era fuerte, como sus entradas en el campo de juego y los homenajes debían sobrar.
Y llegó el 6 de abril de 2005, y con esa fecha, se fue un gran pedazo de historia del fútbol peruano, pues, a pesar de todo, José Luis Carranza Vivanco escribió su nombre sobre nuestro balompié nacional.
Ese día colgó los chimpunes en medio de todo el amor de "Norte", con mas de 40 mil gargantas que le brindaron las gracias por todo lo que él le dio a la "U".
En fin, por el sinfín de alegrías que sólo un seguidor crema puede entender.
El partido será una anécdota simplemente. Lo que será inolvidable y quedará grabado en la mente de la mitad de un país será el minuto 31 del segundo tiempo, cuando en el tablero electrónico apareció con números rojos (indicador que el jugador será sustituido por otro) el glorioso 22 y José el "Chino" Pereda se disponía a ingresar al gramado.
Todos los invitado dejaron de lado el partido y se acercaron a despedir al hombre que dio todo por un sólo club, el club más grande del Perú.
Fue entonces que, el hombre de mil batallas y muchas veces feroz dentro del campo de juego, rompió en llanto como un chiquillo y con él, las 40 almas que asistieron al coloso de Ate.
Y así finalmente entre hombros (porque el partido no se pudo continuar), el "Puma" dejó su huella en el corazón de todos los cremas.
"Estoy muy agradecido con todos ustedes que vinieron a despedirme; la prsencia de mi madre, esposa y mis hijas me llena de fuerzas para asimila todo esto, que aún no puedo creer", sentenció.
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